El paso del tiempo también esculpe la historia
Si alguna vez has visitado un museo y te has preguntado por qué tantas esculturas de la antigüedad aparecen sin brazos, sin nariz o con partes rotas, la respuesta no está en el descuido, sino en los siglos.
Las estatuas griegas y romanas estaban hechas principalmente de mármol, un material bello pero frágil. Con el tiempo, guerras, terremotos, saqueos e incluso el simple desgaste natural provocaron la pérdida de extremidades y detalles. Las partes sobresalientes, como brazos, piernas o narices, eran las más vulnerables a romperse.
Además, en muchas ocasiones, las figuras fueron derribadas o reutilizadas en nuevas construcciones. Incluso hubo épocas en que se mutilaban a propósito por motivos religiosos o políticos, eliminando símbolos paganos o rostros de antiguos gobernantes.
Así que, detrás de cada estatua mutilada, no solo hay una obra de arte, sino también una historia de supervivencia a través de los siglos.
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