Las pequeñas tiendas de Baleares señalan que se ven obligadas a participar, pero con descuentos más moderados que los grandes, lo que les deja escasos márgenes.
Las asociaciones del pequeño y mediano comercio en Baleares —como Pimeco y Afedeco— han admitido que se suman a la campaña del Black Friday porque “no les queda más remedio”, pero advierten de que no es algo positivo para ellos.
El problema principal, según sus representantes, es que no pueden asumir descuentos del 40 % o 50 %, como los que ofrecen muchas grandes plataformas o cadenas: sus márgenes no lo permiten.Se limitan a rebajar entre un 10 % y un 15 %, con algunos establecimientos llegando como máximo hasta un 20 %.
Además, critican que parte del problema reside en las prácticas de las grandes empresas: según ellos, muchas plataformas elevan los precios antes del Black Friday para luego hacer rebajas que parecen más grandes de lo que realmente son.
Otro riesgo es que esta campaña atrae tanto la atención que paraliza las ventas durante el resto de noviembre. Como explica la presidenta de Pimeco, Carolina Domingo, muchos clientes esperan hasta el Black Friday, lo que frena la actividad comercial en las semanas previas.
Pese a las críticas, los comerciantes tienen esperanzas de que la campaña “vaya bien”, ya que podría compensar las ventas perdidas. Domingo ha hecho un llamamiento para que los consumidores sean conscientes de la importancia de apoyar el comercio local.








