Cuando un fuego no solo destruye libros… también borra siglos de conocimiento
La humanidad ha sufrido muchas pérdidas a lo largo de la historia, pero pocas tan profundas como la destrucción de las primeras grandes bibliotecas del mundo. La más simbólica y la que dejó una herida que todavía mencionamos hoy, es la Biblioteca de Alejandría, un tesoro del saber que reunía miles de pergaminos, investigaciones científicas, mapas, poesía, astronomía y conocimientos que no existían en ningún otro lugar del planeta.
La Biblioteca de Alejandría no tuvo un único incendio, sino varios episodios a lo largo de siglos, por eso no existe “un año” exacto.
Los más importantes y aceptados por los historiadores:
1) 48 a. C. — Incendio durante Julio César
Durante su guerra en Egipto, las tropas de César incendiaron los barcos enemigos en el puerto y el fuego se extendió a edificios cercanos, afectando parte de la biblioteca o sus almacenes.
2) 391 d. C. — Decreto de Teófilo
El patriarca cristiano Teófilo ordenó destruir templos paganos, incluido el Serapeo, que albergaba una parte de la colección de la Biblioteca.
3) 642 d. C. — Conquista árabe (episodio discutido)
Algunas fuentes medievales hablan de una destrucción ordenada por el general Amr ibn al-As por mandato del califa Omar, pero los historiadores modernos consideran que esta versión es probablemente un mito.
¿Por qué cambió el futuro del mundo?
Porque allí se guardaban manuscritos sobre:
. matemáticas avanzadas
. medicina y anatomía
. filosofía griega y egipcia
. astronomía primitiva
. ingeniería y tecnología antigua
. historia de pueblos desaparecidos
Muchos de esos textos no sobrevivieron en ninguna copia.
Se calcula que la humanidad perdió entre 40 % y 70 % del conocimiento escrito de la Antigüedad.
Investigaciones que podrían habernos hecho avanzar siglos antes, desaparecieron en unas horas de fuego.
Inventos, teorías, descubrimientos y hasta lenguas completas quedaron en silencio para siempre.
Lo fascinante es que, a pesar de todo, la idea de Alejandría sigue viva: un recordatorio de que el conocimiento es frágil… y que preservarlo es una de las mayores responsabilidades de cualquier sociedad.
Una biblioteca que ardió… pero que todavía ilumina.
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