Capítulo 17: El Camino Invisible

El sendero de luz azul serpenteaba entre los árboles como un río mágico. La energía que irradiaba hacía que el aire vibrara suavemente, como si el bosque entero hubiera despertado de un sueño largo y oscuro.

Harry, Hermione y Ron lo contemplaban en silencio. Ninguno se atrevía a dar el primer paso.

—¿Seguro que esto no es una trampa? —preguntó Ron, alzando la varita con cautela.

Hermione negó con la cabeza, aunque su voz sonó más insegura de lo habitual.

—El conjuro es antiguo, sí… pero se activó con nuestra magia combinada. Está respondiendo a algo… o a alguien.

Harry intercambió una mirada con ella.

—¿A nosotros?

Hermione asintió con lentitud.

—Tal vez este camino no se abrió para los tres. Tal vez se abrió… solo para nosotros.

Ron frunció el ceño.

—¿Qué estás diciendo? ¿Que yo no debería seguirlos?

Hermione bajó la vista, pero Harry respondió:

—No lo sabemos, Ron. Pero si hay peligro, no quiero que vayas directo hacia él sin necesidad.

—Oh, claro. Porque ahora tú tomas las decisiones por todos —respondió Ron, cruzado de brazos.

Hermione suspiró.

—Ron, no es eso. Solo… hay algo que está llamando. Lo siento en la piel. En la sangre.

Harry asintió lentamente.

—Yo también. Como si… como si algo estuviera esperando desde hace mucho tiempo.

Ron los miró, pero esta vez no con rabia. Su expresión era otra. Inquietud. Tristeza. Miedo.

—Entonces vayan —dijo con voz baja—. Pero si esto es una trampa, juro que les daré una patada en el culo mágico cuando los encuentre.

Hermione esbozó una sonrisa triste.

—Te lo prometo, volveremos.

Harry dio un paso al frente y, sin soltar la mano de Hermione, cruzó el umbral del sendero de luz.

En el instante en que sus pies tocaron el resplandor, el bosque pareció replegarse sobre sí mismo. El aire se volvió espeso. El tiempo, lento.

—Harry… —susurró Hermione—. No puedo ver nada más allá.

—Confía en mí.

—Siempre.

Y entonces, como si fueran absorbidos por la misma energía que habían invocado… desaparecieron.

Ron corrió hacia el sendero, pero justo cuando estuvo a punto de cruzarlo, la luz azul parpadeó una última vez… y se extinguió.

—¡HARRY! ¡HERMIONE! —gritó, golpeando el suelo con la varita—. ¡NO!

El bosque volvió a sumirse en la oscuridad. No quedó rastro de ellos. Ni una huella. Ni un sonido.

Solo el silencio.

Y una promesa.

CONTINUARÁ

Capítulo 17: El Camino Invisible