✍️ Tomeu Pizá — Abogado, Economista y Profesor/
Pedro Sánchez en su comparecencia desde el Congreso de los Diputados para anunciar medidas contra la corrupción nos crea serias dudas por lo tarde de su iniciativa. Efectivamente, los mayores corruptos de su entorno o están ya detenidos, encausados, bajo sospecha o a la espera de acontecimientos peores. ¿A quién va dirigida esta supuesta batería de medidas si a estas alturas solo queda él?
Cierto, ha habido reacciones, como muestra la de Risto Mejide: "No te hagas líos, Pedro. Si no dimites, no estás asumiendo nada. Tenías que elegir buenos secretarios de Organización. Y no lo hiciste. Y tenías que supervisar para que se comportaran decentemente. Y tampoco lo supiste hacer. Ahora, o dimites y asumes tu incompetencia, o te estás riendo de los ciudadanos. Todo lo demás, postureo insultante".
A nivel internacional las hubo también, y muchas. Demasiadas. Pero esto no inmuta la cara dura de Sánchez que se ha limitado más a recordar los pecados ajenos que entonar el mea culpa:
“Feijóo amigo de un narco. Felipe González un corrupto. El novio de Ayuso un delincuente, y así un buen rato.” Con la ovación que le ha dispensado la “banda” con aplausos incluidos, se ha hecho merecedor de OREJA (será de Feijóo que nunca escucha), el RABO del narco y la PATA (del novio de Ayuso). El respetable ha quedado satisfecho en la tribuna de sombra.
“Me he arrepentido de haber elegido a Cerdán, Ábalos y Koldo”, y del resto no dice nada, se queda tan pancho. Si no supo elegir es un incompetente que no sirve ni para cabo, verdaderamente formaba un excelente cuarteto viajando en automóvil por este País, solo os faltaba la “ximbomba”, “es fobiol” y la botella de “Tres Caires”.
“Soy limpio, es una vergüenza que un partido corrupto venga aquí a dar lecciones”. ¿Para esto pasó una mañana entera dedicada a intentar aplacar a sus socios por la corrupción que rodea a su partido? ¿para arremeter contra la corrupción de otros partidos? Está claro que no convenció a nadie de los suyos dando estos saltos de rana como el Cordobés. Eso sí, se vistió con el traje de líder internacional, saltó a la palestra intentando agrandar la distancia con Felipe González, restregándole que no fue perfecto en materia de corrupción. Seguía con esta cara desencajada que tanto lo caracteriza últimamente y que no hay cosmética inventada para maquillarlo, arremetiendo contra todos, cuando debía justificar su situación por no haber contenido la corrupción, claro que esto no importaba.
Parece ser que su último “retiro espiritual” en Canarias no lo iluminó suficiente, pues para esta ocasión, se ha quedado divagando unos pocos días a la espera de que sus ejércitos de asesores cumplieran su cometido y pudiera representar una brillante puesta en escena (que de esto vive el sanchismo). Se ha atrevido a manifestar que incluso llegó a plantearse su dimisión. Sí, su dimisión. Increíble y seguramente una falsedad más, ni se le pasó por la cabeza. Además, presume de valiente, aseverando que no puede ni debe tirar la toalla. Otra falsedad, en cuanto se le apriete un poco más, tirará la toalla valientemente, victimizándose al máximo y con una retirada triunfal a cualquier espacio geográfico estratégicamente seleccionado con cantidades ingentes de toallas.
Por muy seguro que se sienta, me temo que le está llegando su fin.
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