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Guerra

 



✍️ Francesc Jusep Bonnín — Agente de Prensa, cantautor, escritor, poeta, músico y pintor/

Bon dia, buenos días.

Después de unas jornadas de desconexión, ya estoy de vuelta en mi Face. Y nada más volver quiero hacer mención —triste mención— a la podredumbre humana.

En estos días en los que la guitarra, la música, los libros y la escritura han sido mis fieles acompañantes, tuvo que cruzarse un episodio más de las noticias de la noche.

Fue precisamente en el momento en que me disponía a cenar, y se me cortó el hambre en cuestión de segundos al ver, en la maldita pantalla, la brutal imagen de los niños y niñas con solo la piel y los huesos, aferrados a un biberón sin nada dentro para calmarles el hambre.
Aquí es donde la dignidad humana es pisoteada por quienes deciden en sus mansiones y en sus reuniones acabadas en cenas o comidas quién muere de hambre o quién no.

Quién decide a qué hora han de comer, cuando con su infinita podredumbre les echan fardos de comida sin control ninguno, para que llegue a todos, en paracaídas, como quien echa la comida a los cerdos.

Para más inri, algunos de los fardos caían sobre los que iban a buscarlos, ocasionándoles la muerte. Algo que significa poco para los sicarios de la guerra. Y otros fardos eran echados de noche.

Gentes que iban a por comida eran disparadas; o sea, que te matan por desear ir a buscar algo que comer. El súmmum de esa podredumbre de los dirigentes, de los señores de la guerra, a los que les importa una mierda si los niños y niñas se mueren de hambre.
Ganar una guerra o pretender ganarla a base de cortar suministros considero que vulnera toda ética y toda la vergüenza posible. Máxime cuando hay montones de comida pudriéndose al sol y que no sea repartida.

Cómo es posible dormir para esos sicarios de la muerte, teniendo en su retina los cuerpecitos, ese montón de huesos y piel con la boca abierta como crías de pájaros en cualquier nido, demandando comida, de miles de niños.

Sería bueno que cada uno le rezara a su Dios pidiendo que cese esta barbaridad, pero también sería bueno que la comunidad internacional no mirara para otro lado y parara esa vergüenza, ese maltrato, esa indignidad, esa mala leche, esa indiferencia hacia estos seres humanos, sean de la condición, raza, religión o color que sean.

A mi vuelta a Face lo hago maldiciendo la guerra, y a los sicarios que la provocan y mantienen, a los sicarios del odio y de las venganzas, porque nada justifica la muerte de nadie, y por supuesto la muerte por inanición.

Lo dije desde mi alma una vez, y lo vuelvo a repetir: alcemos la voz para que "EL SER HUMANO NO SEA MÁS VÍCTIMA DEL SER HUMANO".

Si quieres leer más creaciones del autor, entra al siguiente enlace  👉  Francesc Josep Bonnín