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El polémico éxito de Alejandro Amenábar

                     

✍️ Carlos J. Morejón Toymil — Estudiante de Periodismo y Comunicación Audiovisual/   


“El Cautivo” despierta revuelo entre el público y la crítica especializada a pesar de sus números en la taquilla

La última película de Alejandro Amenábar, El Cautivo, se ha convertido en uno de los estrenos más comentados del año. La cinta, que recrea un episodio poco documentado de la vida de Miguel de Cervantes, ha generado un intenso debate en torno a su tratamiento de la historia y a las licencias artísticas asumidas por el director.

En la taquilla, los números respaldan al filme. Durante su primer fin de semana recaudó alrededor de 1,1 millones de euros, y en apenas diez días superó los 3,2 millones. Sin embargo, el éxito económico contrasta con la recepción crítica y con la reacción del público, que en su mayoría se muestra dividido e incluso abiertamente contrario a la propuesta.

Un Cervantes entre la ficción y la controversia

La trama presenta a un Cervantes prisionero en Argel, debatido entre su ansia de libertad, su vocación de narrador y la atracción hacia el hombre que lo mantiene cautivo. Más allá del argumento, lo que ha generado mayor controversia es el modo en que Amenábar entrelaza hechos históricos con elementos puramente ficticios.

Aunque es habitual que el cine adapte y reinterprete la historia —como en las múltiples películas sobre las guerras mundiales—, en este caso algunos espectadores señalan que la obra difumina en exceso las fronteras entre realidad y ficción. Al final de la película, por ejemplo, se incluyen textos que emulan hechos documentados. Uno de ellos recuerda que El Quijote se convirtió en la novela más leída de la historia, lo cual es cierto. Otro, sin embargo, afirma que las acusaciones de un cura en contra de Cervantes sobre que no era un buen cristiano “nunca vieron la luz”, lo que muchos consideran una afirmación ambigua y poco verificable presentada como dato histórico.

El vacío documental y la interpretación artística

Históricamente, se sabe que Cervantes intentó escapar de su cautiverio en tres ocasiones. Amenábar construye una narrativa posible, aunque sin base documental sólida.

Entre las licencias más polémicas destaca la representación de Cervantes como homosexual y la muestra de un vínculo afectivo —tanto física como romántica— con su captor, en una dinámica que muchos interpretan como un caso de síndrome de Estocolmo. Estas interpretaciones, fundamentadas únicamente en rumores imposibles de comprobar, han generado rechazo entre sectores del público y de la crítica, que consideran que la película distorsiona e incluso “insulta” la figura de uno de los escritores más relevantes de la historia de España.

Cuando Europa Press le preguntó a Amenábar sobre la polémica que despertó su película, el director declaró: “Yo estoy haciendo una ficción, yo no estaba allí hace cuatro siglos”.

El desafío de narrar la historia

El debate en torno a El Cautivo refleja una cuestión de fondo: la necesidad de trazar con claridad las fronteras entre la ficción artística y los hechos históricos. Lo que en principio puede parecer evidente, en la práctica se convierte en un terreno resbaladizo para creadores y espectadores.

Mientras la película continúa sumando cifras en taquilla, la discusión sobre sus interpretaciones de Cervantes y su legado promete seguir alimentando titulares en las próximas semanas.

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Descubre las críticas y reflexiones de Carlos J. Morejón, estudiante de periodismo, apasionado por el séptimo arte.
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